También llamados antros maxilares o senos paranasales, los senos maxilares son las cavidades sinusales de mayor tamaño rellenas de aire en el área de la mejilla cerca de la nariz. Se encuentran en la zona del maxilar superior y están revestidos de células que fabrican el moco, impidiendo que la nariz se seque.
La elevación de seno maxilar se trata de una intervención quirúrgica realizada con el fin de aumentar la cantidad de hueso disponible en la arcada de tal manera que se logre una base ósea adecuada para que se sujeten bien los implantes dentales en los casos en que el paciente carece de suficiente altura y volumen óseo.
La membrana que recubre el hueso maxilar es levantada generando un hueco entre el hueso maxilar y la membrana. También ve reforzada la efectividad de los tornillos de titanio en la zona posterior del maxilar superior, zona especialmente afectada por la pérdida de dientes, la gingivitis o la periodontitis.
Esta elevación suele hacerse en la zona de molares y premolares del maxilar superior debido a que la altura del hueso se ve reducida tras perdida de piezas. En algunas ocasiones, la elevación del seno maxilar puede ir acompañada durante la misma intervención, de la colocación de implantes.
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¿Cuándo es necesaria la elevación del seno maxilar?
La elevación del seno maxilar es una intervención quirúrgica muy común, aunque en ocasiones puede pasar demasiado tiempo entre la pérdida de una pieza dental y las decisiones a tomar al respecto. Habitualmente, la perdida de una o dos piezas lleva aparejada una pérdida de masa ósea maxilar.
La causa reside en que el hueso alveolar ya no recibe los estímulos de la pieza dental, comenzando entonces a desarrollar una pérdida de altura y grosor. En esas circunstancias y a la hora de colocar el implante, el profesional comprobará la dificultad de asegurar su sujeción debido a la carencia de hueso.
Por suerte, en la actualidad ya hay técnicas que logran la regeneración del hueso dental haciendo posible la colocación del implante. Los odontólogos aconsejan no dilatar la decisión de intervenir y poner coto al problema, ya que se trata de una operación rápida, económica y sencilla.
Antes de tomar la decisión definitiva sobre la intervención, el profesional odontólogo procederá a someter al paciente a una prueba llamada ‘exploración CBTC’ para ver con claridad tanto el hueso tanto el grueso de las paredes del seno como el grosor de la membrana y el lugar exacto para intervenir, gracias a este diagnóstico por la imagen.
Tras la operación de la elevación del seno maxilar
A pesar de ser esta una técnica predecible, eficaz y segura, el especialista valorará si el paciente es el adecuado, mediante su historial clínico, radiografías y exploraciones intraorales. Esta operación tiene una tasa de éxito muy alta y el postoperatorio no va más allá de algún hematoma poco doloroso.
A las dos horas de la operación se produce el nivel máximo de hinchazón, siendo habitual que, al cabo de una semana, todos los síntomas hayan remitido. Existe la posibilidad de que aparezca sinusitis maxilar, que podría generar más molestias al paciente, aunque se trata de algo poco frecuente