Cuando hablamos de que el nervio del diente ha muerto, nos referimos a que se ha producido una necrosis pulpar. Esto ocurre cuando el tejido vivo dentro del diente, llamado pulpa dental, deja de recibir sangre y, por lo tanto, muere.
La pulpa está formada por nervios y vasos sanguíneos, y su principal función es nutrir al diente y percibir estímulos, como el calor o el frío.
La muerte del nervio dental puede deberse a varias causas. Las dos más frecuentes son:
- Caries no tratadas: Si una caries progresa sin atención, puede llegar hasta la pulpa, causando infección y eventualmente la muerte del nervio.
- Traumatismos dentales: Un golpe fuerte en el diente puede dañar la pulpa, incluso sin signos externos evidentes.
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¿Cómo sé si tengo el nervio del diente muerto?
El proceso de la muerte del nervio no siempre es doloroso al principio, lo que puede dificultar su detección temprana. Sin embargo, existen varios síntomas que pueden alertarte de un problema:
- Dolor intenso: Uno de los signos más evidentes es el dolor de muelas nervio. Puede comenzar como una molestia leve al masticar o sentir cambios de temperatura, pero en muchos casos, el dolor se intensifica de forma aguda.
- Cambio de color: Un diente con el nervio muerto a veces se vuelve más oscuro. Esto se debe a que la necrosis de la pulpa puede afectar el color del diente, dándole un tono grisáceo o marrón.
- Sensibilidad persistente: Aunque no siempre, algunas personas notan que su diente sigue siendo muy sensible al calor o al frío, incluso después de que la pulpa haya muerto.
- Abscesos: En algunos casos, la infección puede avanzar más allá del diente y formar un absceso en la encía. Esto produce inflamación, dolor y puede llevar a mal aliento o incluso a fiebre si la infección se extiende.
¿Por qué es peligroso tener el nervio muerto?
Cuando un nervio muere, el diente ya no es capaz de repararse por sí solo. Sin tratamiento, el diente puede infectarse y desarrollar una necrosis pulpar más grave. Esto no solo afecta al diente en cuestión, sino que la infección puede propagarse a las estructuras adyacentes, como las encías o el hueso. Las consecuencias más comunes son:
- Pérdida del diente: Si la infección avanza demasiado, puede que el diente no pueda salvarse ni con un tratamiento de endodoncia, y se requiera su extracción.
- Infecciones en otras áreas: Las infecciones dentales no tratadas pueden propagarse a la mandíbula, los senos paranasales o incluso a otras partes del cuerpo a través del torrente sanguíneo.
- Daño al hueso: Una infección prolongada en el diente puede afectar el hueso que lo rodea, debilitándolo y aumentando el riesgo de perder otros dientes cercanos.
¿Qué hacer si tengo un nervio de la muela muerto?
Si sospechas que tienes un nervio del diente muerto, es fundamental que visites al dentista lo antes posible. El tratamiento más común para salvar el diente es la endodoncia.
¿Qué es una endodoncia?
La endodoncia es un procedimiento dental en el que se elimina la pulpa muerta o infectada del interior del diente. Posteriormente, el canal radicular se limpia, desinfecta y se rellena con un material especializado para prevenir futuras infecciones. Gracias a este tratamiento, es posible conservar el diente natural, que es siempre preferible a la extracción.
Prevención de la muerte del nervio dental
La buena noticia es que la muerte del nervio dental es prevenible en muchos casos. Algunas medidas sencillas que puedes seguir son:
- Higiene oral adecuada: Cepillarte los dientes dos veces al día y usar hilo dental reduce significativamente el riesgo de caries que puedan afectar la pulpa.
- Visitas regulares al dentista: Las revisiones periódicas permiten a los profesionales detectar problemas a tiempo, antes de que se conviertan en una amenaza para el nervio.
- Proteger los dientes de golpes: Si practicas deportes de contacto, utilizar un protector bucal puede evitar lesiones que puedan dañar los nervios de tus dientes.
- Tratamiento de caries a tiempo: No pospongas el tratamiento de una caries, ya que cuanto más tiempo esperes, más profundo será el daño, poniendo en riesgo la salud del nervio.
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En conclusión, tener un nervio del diente muerto es una situación que no debe tomarse a la ligera, pero, con la atención adecuada, es posible evitar la extracción del diente y las complicaciones que puedan surgir.
Si experimentas dolor, cambios de color en los dientes o cualquier síntoma relacionado, acude al dentista lo antes posible. Un diagnóstico temprano y un tratamiento a tiempo pueden salvar tu diente y prevenir problemas mayores. Más información en nuestro servicio de endodoncia en Ciudad Real.
